Abstract
Elaine Scarry menciona, “Translation of
pain into power is ultimately a transformation of body into voice, a
transformation arising in part out of the dissonance of the two, in part out of
the consonance of the two” (45). Es decir, el dolor de la víctima se convierte
en la memoria y luego en trauma y voz, que es importante para saber el
sufrimiento de la víctima. En la misma manera la
voz de la protagonista Paulina está convertida
después de 15 años de trauma, en la obra teatral La muerte y la doncella, la
voz de ella es una transición desde su trauma y se puede comparar con la voz de
trauma del autor Ariel Dorfman, que él sufrió por el golpe militar en Chile, él
expresa su voz en su autobiografía, escrita 15 años después del golpe militar,
en la misma manera como Paulina lo expresa en la obra teatral, después de 15
años de la violación. Paulina representa su voz y graba el testimonio de
confesión de su violador Roberto Miranda. Avelar afirma, “In Scarry’s
restorative conception, recovering voice becomes a key in the battle to deprive
torture of its political legitimacy and to make its horror visible” (30-1). La
voz de la víctima está introducida cuando habla y expresa su dolor y trauma de
la tortura que sufrió.